La última semana de septiembre comienza la campaña de vacunación de la gripe y como en años anteriores los pacientes celíacos se encuentran dentro de los grupos diana a los que se recomienda la vacunación.

El Ministerio de Sanidad recuerda la importancia de la vacunación frente a la gripe, sobre todo entre la población vulnerable y sus contactos. En el documento emitido por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud se recogen las recomendaciones de vacunación para la temporada 2023-2024.

Está especialmente recomendada para mayores de 65 años y personas menores de 65 años con riesgo de sufrir complicaciones derivadas de la gripe, entre las que se encuentran las personas con enfermedad celíaca.

Desde 2018 se incluye la enfermedad celíaca entre las condiciones de riesgo y, por tanto, se recomienda la vacunación de las personas celíacas de todas las edades (a partir de los 6 meses) con el fin de prevenir posibles complicaciones derivadas de la gripe.

¿Por qué las personas celíacas se incluyen en esta campaña?

La enfermedad celiaca es una patología con base autoinmune que, aunque no implica que el paciente esté inmunocomprometido, sí que puede darse situaciones en las que tenga una mayor vulnerabilidad.

El motivo es prevenir que un proceso gripal se complique con una neumonía, generalmente causada por el neumococo (Streptococcus pneumoniae), en aquellas personas celíacas que tengan alterada la función esplénica. Esta disfunción del bazo, conocida como hipoesplenismo, se da en algunos pacientes celíacos especialmente en adultos que no han seguido una dieta sin gluten durante un largo tiempo debido a un retraso en su diagnostico, que sufran alguna otra enfermedad autoinmune o que padecen una enfermedad maligna, en cuyo caso la recuperación del bazo puede ser más lenta o no alcanzare.


IMPORTANTE: Las personas con enfermedad celíaca menores de 60 años (12 a 59 años) han sido también incluidas como grupo de riesgo al que se recomienda administrar dosis de recuerdo de la vacuna frente a la COVID-19. La experiencia sobre la administración conjunta de las vacunas la temporada pasada fue favorable, pues no se han observado diferencias significativas en las respuestas inmunes de ambas vacunas tras su administración, ya sea de forma conjunta o separada.